domingo, 15 de febrero de 2015

Episodio 12: Blake va a la trena



Por muy pesado y acosador que nos pareciese Ted ahora que está muerto nos da pena… aunque no podemos decir que le echemos de menos. Pero su muerte ha causado un gran revuelo en Denver, porque toda la prensa y la policía han acudido como moscas a la mansión Carrington. Tanto ha sido el revuelo armado, que aunque Krystle se había marchado hace más de diez horas, y ya debía estar a cientos de kilómetros de Denver, ya está de vuelta y enterada de la trágica noticia, dispuesta a apoyar a su esposo –olvidando la humillación que le hizo pasar el día anterior. Blake, tan cabezota como siempre, se niega a ir con la policía a comisaria porque insiste en que fue un accidente. 

A Blake le ha abandonado su laca a la hora de declarar
 
Después, como un niño malcriado, dice que no irá hasta que vea a Krystle, pero el plan le sale mal porque ella ya está ahí y le abraza como si nada hubiese pasado. Doblemente esposado (con las esposas y del brazo de Krystle) Blake debe desfilar por el interminable pasillo de su mansión escoltado por la policía y con toda la prensa esperándole en la puerta principal. 

¡¡¡Si me quereí irse... si me quereí marcharse!!!
 
Nos preguntamos cómo han llegado todos esos paparazzi hasta ahí si se supone que la mansión es una propiedad privada con guardias de seguridad ¿A estos no les echan los perros como a Walter? ¿Han saltado las verjas como si fuesen una horda de zombis hambrientos?¿Se han muerto los perros?

Da igual, en comisaria Blake se entera de que la fiscalía va a pedir que le acusen de homicidio en primer grado porque la muerte de Ted fue premeditada. De haber sido un homicidio involuntario, por un accidente como Blake asegura, le hubiesen dejado en libertad bajo fianza. ¡Y se quejan de la doctrina Parod! ¡Parece que en 1981 la ley era bastante benévola con los asesinos! Blake le ordena a Andrew que mueva los hilos necesarios para rebajar esos cargos, pero el abogado le dice que esto no es la Semana Fantástica del Corte Inglés y se ha hecho demasiados enemigos.

La muerte de Ted ha dejado muy tocado a Steven, que acude con Fallon al entierro de Ted en Dakota del Norte. Cuando vemos a su familia todo encaja y entendemos porque el pobre Ted era así y salió corriendo de allí, porque parecen los protagonistas de “Las colinas tienen ojos”. Y como era de esperar, esa gente no quiere tener nada que ver con Steven.

Tienes suerte Steven, al menos no te han comido...
 
En la vida real un acusado tiene que esperar meses y hasta años para que se celebre su juicio (¿verdad Pantoja? ¿verdad Ortega Cano?), pero en Denver la justicia es rauda y veloz como el rayo y apenas una semana más tarde de la detención de Blake ya están todos en los tribunales para asistir al Show de Blake juicio contra Blake Carrington por asesinato en primer grado.

Si, aunque no lo parezca eso son cámaras de fotos
 Blake Carrington acosado por el "Right there's Tomato" (al
fondo se puede ver a Happy Mocito)
 
Blake no ha tenido suerte, no solo no ha conseguido rebajas en sus cargos sino que el fiscal del estado es un buen amigo de Matthew Blaisdel que le guarda rencor por no haberle permitido entrar en su equipo de futbol y que piensa utilizar el juicio como atajo para llegar a Gobernador. Andrew se ocupa de la defensa de Blake, que como bien recordamos por el episodio piloto, ya había sido un gran abogado capaz de librar de la cárcel a un amigo ricachón de la familia que estranguló a su esposa con sus medias. Lo curioso es que aunque en teoría el juicio es por homicidio contra Blake, desde el principio se convierte en un tribunal inquisitorial por la homosexualidad de Steven y de la víctima. Si… la justicia en Denver era realmente extraña.
El argumento de la defensa es que Steven se estaba apartando de su vida gay y cuando Blake vio a Ted abrazando a su hijo quiso evitar que volviese a las andadas, se enfadó y quiso acompañarle a la salida, pero tropezó y se abrió la cabeza por accidente. En cambio el fiscal está dispuesto a demostrar que Steven no era gay y llama al estrado a Ed, aquél empleado de Matthew que vio a Steven y Ted haciendo manitas en el bar porque eran unos “pre-vertidos”. 

En una conversación en el despacho de Matthew, tras escuchar las últimas noticias sobre el juicio, Claudia le dice a Matthew que Steven no es gay del todo… y Matthew le pregunta como sabe ella eso.

¡Ups! ¡¡¡Claudia piensa rápido!!!
 
Claudia le dice que Steven se lo confesó en una de sus conversaciones casuales, pero a Matthew le parece una conversación un poco rara. Será mejor que practique un poco por si la hacen subir al estrado. 
Afortunadamente para ella, Blake no quiere que Claudia suba a testificar y se lo deja muy claro a Andrew. Según Blake lo hace porque no quiere traumatizarla y enviarla de vuelta al sanatorio, pero en realidad lo que teme es que si Matthew se entera de que se acostó con Steven podría pedir el divorcio e ir de nuevo a por Krystle. 

El juicio continúa un día más y le toca el turno de declarar a Jeanette, la criada olvidadiza de la mansión, que estaba junto a Joseph cuando Blake llegó a casa la noche del incidente. 

Jeanette cuidado con lo que dices que vas a la cola del paro
 
En esta ocasión no se ha olvidado de nada, recuerda que Blake se puso muy furioso cuando supo que Ted estaba en la habitación de Steven  y que dijo “¡Le mataré!”. Algo que desde luego pone en serios apuros a Blake y a su estrategia de defensa.
 
Pero no hay por que preocuparse, quien sino la querida niñita de Blake está allí para sacarle las castañas del fuego a su padre. Fallon está dispuesta a cometer perjurio para salvarle de la cárcel y testifica bajo juramento que fue Ted quien atacó a Blake cuando quiso que saliese de la mansión. Ted tropezó con una caja  y se golpeó la cabeza. ¡Claramente un accidente señoría! El problema es que Fallon no declaró eso ante la policía, pero ella dice que estaba confundida.

¡Se lo juro por Snoopy Señoría!
 
Antes de volver al juicio nos trasladamos hasta la sala de accionistas de la Denver Carrington, que como buenos buitres que son ven la ocasión de quitar de en medio a Blake, pero no contaban con su arma secreta: Krystle. Blake consigue que su esposa presida la reunión de accionistas y ponga a todos en su sitio. Y la rubia sería una simple secretaria cuando trabajaba allí, pero aprendió mucho, porque lo hace perfectamente.
 Krystle sigue trepando: de secretaria a presidenta

El último testigo que sube al estrado en esta primera parte del juicio es Steven, que lo pasa muy mal declarando, temblando y con sudores fríos cada vez que el fiscal le cuestiona y grita de mala manera.


Steven declara que Blake empujó a Ted y que Ted no se defendía. Todo lo contrario de lo que había dicho su hermana en su declaración. Cuando el fiscal le presiona y le pide una explicación Steven se derrumba y dice que Fallon ha mentido.
 
Fallon antes de que Steven se ponga en plan David Civera:
 Que la detengan, es una mentirosa, malvada y peligrosa...
 
Fallon no sabe dónde meterse, pero por suerte para ella el episodio termina aquí. ¿Acabará Blake en la cárcel? ¿Por qué se titula así el episodio si no la ha pisado? ¿La pisará Fallon por cometer perjurio? ¿Porque hacemos tantas preguntas si esto no es “Enredo”? 

Las respuestas las tendremos la semana que viene, en el último episodio de la primera temporada de DYNASTY REDUX.

domingo, 8 de febrero de 2015

Episodio 11: Krystle se pega la vuelta



Nada más comenzar el episodio vemos que cuando Jeff se siente abandonado por las personas que quiere, deja de ser el yerno perfecto para convertirse en un inmaduro (y si no esperad a que lleguemos a la quinta temporada). Después de la escenita que montó en el cumpleaños de su tío Cecil, Jeff decide que siendo asquerosamente rico no tiene que madrugar para ir a la oficina, es mejor pasarse el día al sol como un lagarto –o como la lagarta de su mujer- y disfrutar de la comida y las comodidades que le ofrece la mansión de su suegro. A Fallon, que tanto se quejaba de lo aburrido y estirado que era, esta nueva actitud de su esposo le gusta aún menos… sobre todo cuando en vez de llevarla a la ciudad como le pide la tira a la piscina vestida.

¡¡¡Al agua patos!!! ... ¡O zorras!
 
Pero bueno, dejemos a Jeff con sus problemas vitales y vamos con Steven, que por alguna extraña razón en vez de librarse de su ex acosador cedió a la tentación y se acostó con él. ¡Mal, Steven, maaaal…. Así no te vas a librar de Ted nunca! Pero no es la única mala idea que se le pasa por su rubia cabeza, porque va y le dice a Claudia que lo hizo.

  ¡Maaaaal Steven, no se le cuenta a las novias que te 
acuestas con tus ex, sobre todo si son hombres! 
 
Es lo que tiene ser una persona tan honesta como Steven, que lo casca todo. Y claro, a Claudia no le sienta nada bien que el otro hombre en su vida la engañe como su marido ya hizo con Krystle ¡para eso no se busca un amante! De hecho, debe pensar que para hacer ese viaje no necesitaba tantas alforjas y Claudia va a ver corriendo a Matthew para mostrarse muy cariñosa y decirle que quiere que su matrimonio funcione. 

Claudia... ¡A buenas horas mangas verdes!
 
Claudia va más allá y le pide que empiecen lejos de Denver, pero Matthew no está dispuesto ahora que ha encontrado petróleo allí.

¡Anda, no sabiamos que Angela también tenía joyerías!
 
Y si las cosas no salen como Claudia esperaba, a su rival Krystle tampoco es que le vayan de perlas… o de esmeraldas. Porque Blake le pide que la acompañe al joyero para vender el famoso collar y sabiendo que es una copia más falsa que toda la familia Carrington va a quedar en evidencia. Pero no… el joyero, que por la edad podría hacer pensar que chochea, les asegura que vale un dineral.

¡¡¡¿70.000 dólares por un collar de los chinos?!!! 

La cara de Krystle es todo un poema, no entiende nada… Hasta que Blake le dice al joyero que ha decidido no venderlo porque tiene un valor sentimental muy grande para su mujer. Krystle lo comprende todo  pero decide morderse la lengua y no dice ni una palabra en todo el trayecto a casa. 

 
Me parece que hoy no van a ir a cenar a San Francisco...

Una vez en la mansión, Krystle le planta cara a Blake por haber recuperado el collar auténtico para hacerle pasar por toda esa charada. Al parecer solo quiere que sea una mujer florero, encerrada todo el día en el castillo y con derecho a salir solo cuando él quiera presumir de esposa en sus fiestas. Sabíamos que Blake era machista, por aquella partida de billar entre Fallon y Cecil (recordemos las normas no escritas para formar parte de la Denver Carrington) pero Krystle no está dispuesta a tolerarlo. ¡¡¡A este paso le hará llevar un burka!!! Lo malo es que Blake no tiene tiempo para discutirlo, tiene que volver a la ciudad y la deja con las ganas de desfogarse, delante del mayordomo, que ve la ocasión para decirle de todo menos bonita. Cuando Krystle le amenaza con contárselo a Blake, Joseph prácticamente se ríe en su cara. Lo cual, si me pongo Freudiano, me lleva a pensar que la lealtad de este mayordomo por Blake raya la homosexualidad. Pero sabiendo la opinión de Blake sobre el tema, no me extraña que lo lleve tan discretamente…
 
Eso tan importante que tenía que hacer Blake en la ciudad y que le impide arreglar sus problemas matrimoniales es… ¿Desbloquear sus petroleros? ¿Negociar un préstamo con los bancos? ¡Pues no, ir al piso de soltero de Steven para llevarle un regalito y celebrar su independencia (y su súbita heterosexualidad)! ¡¡¡Imaginad la cara que se le queda cuando quien le abre la puerta es Ted recién salido de la ducha!!! Nadie tan oportuno como Ted Dinard.

 
"Hola soy Ted... su futuro yer... errr un amigo de Steve"

Como Ted también sabe lo que Blake opina de los “invertidos”, intenta hacerse pasar por un amigo muy hetero de Steven, de los tiempos de Princeton… pero Blake es un zorro viejo y descubre su mentira con un par de preguntas suspicaces. Afortunadamente, Ted se salva por la campana… bueno, por Steven, que llega en ese momento y evita que Blake pierda los estribos y le abra la cabeza allí mismo. Al menos de momento.
 
Desde luego, Steven no es un crack a la hora de elegir amantes. ¿Cuál es peor? ¿Ted el acosador o Claudia la loca? ¿Y si se juntan en un mismo lugar los dos? ¿Se matarían mutuamente por una combinación de celos enfermizos y recaída lunática dejando en la gloria a Steven? 

Ted... ahora acosando a Claudia: "Steven es míooo"

Pues no, porque cuando Ted visita a Claudia en su trabajo dispuesto a luchar por Steven, se da cuenta de que no es una bruja y hasta se despiden amistosamente. Lo sentimos Steven, vas a tener que seguir aguantando a los dos. 


Esa misma noche, Blake ahoga sus múltiples problemas -matrimoniales, filiales y de negocios- en la biblioteca, bebiéndose todo el mini-bar, o el maxi bar, que en la mansión Carrington todo es a lo grande, así que Joseph tiene que hacer lo que más le gusta, llevar a Blake a la cama. Por desgracia para sus freudianos impulsos, Krystle está también en la habitación y Joseph se ve obligado a volver a su habitación para seguir coleccionando los recortes de los tabloides amarillistas que cuentan las aventuras de cierta ex señora Carrington. (SPOILER: Ya sabréis más de esta curiosa afición del mayordomo en futuros episodios).
Krystle no se da cuenta de que su marido está más borracho que una cuba de Falcon Crest y quiere discutir lo que ha ocurrido esa mañana. Cuando se da cuenta de que estaba hablando con la pared, le da igual y suelta todo su discurso, que se viene a resumir en que aunque se quieren no pueden vivir el uno con el otro. Así que  ahora es Krystle la que quiere estar sin él… se va, olvida su nombre, su cara, su casoplón y pega la vuelta. Pero Blake como si nada, allí se queda roncando y durmiendo la mona…

 
Krystle y Blake... los Pimpinela de Denver

Pero a la mañana siguiente, antes de marcharse, Krystle llama a Matthew para despedirse. El insiste en que quiere verla, y lo hacen en el mismo bosque del piloto –ya sabéis que estos dos solo se citan en un bar para hacerse prestamos- donde Matthew le dice que la quiere. Una escaldada Krystle, que ya ha tenido suficiente drama para todo un año, le dice que de eso nada, que tiene una esposa y una hija que le necesitan.

Cambiar a Krystle por Lindsay es duro... lo sabemos Matthew

Al día siguiente Blake se sorprende cuando Joseph le dice que Krystle se ha marchado, en el fondo sabe que puede haberle abandonado pero se niega a creerlo y le dice que volverá, seguro que volverá. Espera sentado Blake… 

¿Y Steven? ¿Va a tener que lidiar con sus dos posesivos amantes toda la vida? ¿Con cuál se quedará?  Teniendo en cuenta sus innumerables atractivos, Ted piensa que puede ser el ganador, pero cuando esa tarde llega al apartamento encuentra una nota de Steven dirigida a él y no es de amor precisamente. 

Se acabó, finito, THE END, KAPUT... ¿Lo entiendes ya Ted?

¿Es esto el adiós a Ted? ¿Si? ¡Pues no! ¿O es que no le conocéis todavía? Tomando la peor de sus decisiones y sabiendo que Steven ha ido a la mansión para recoger algunas cosas, acude allí para reprocharle la ruptura por carta.

¡Pues no, no lo ha entendido! A Ted no te lo quitas
de encima ni con aceite hirviendo.  

Cuando Blake llega a la mansión y se entera por el chivato de Joseph que Ted está allí, se pone como un basilisco.

Ha dicho "¡LE MATARÉ!" ¿Vale Joseph? ¡Recuerdalo!

Justo cuando de una vez por todas Steven había convencido a Ted de que estarán mejor separados (¡aleluya!) y que no es saludable para su relación seguir acosándole, en pleno abrazo de despedida, inocente abrazo, Blake abre la puerta y piensa que ese abrazo es prácticamente una película porno gay bajo su techo, así que se tira sobre Ted para separarle de Steven. con tan mala pata que tropieza y se da un golpe contra la chimenea. 

 
Fallon y Blake miran horrorizados a Steven, que entre sollozos y con la cabeza ensangrentada de Ted en sus manos le grita: “¡Le has matado!”


Parece ser que sí, que Blake es un hombre de palabra y lo que promete lo cumple… Pero tendremos que esperar al próximo episodio para ver como continúa.